MANTECA DE KARITÉ


Un componente activo ultranutritivo de gran valor

Una fuerza de la naturaleza

El karité (Butyrospermum parkii) únicamente existe en estado natural en África, en particular en el Sahel y en la sabana sudanesa, al norte del Ecuador. En estado salvaje, este árbol se desarrolla principalmente en las sabanas arbóreas, donde puede alcanzar hasta 20 metros de altura. La mayor producción de frutos se obtiene a partir de los 50 años. Cada árbol produce una media de 15 a 20 kg de frutos por año, lo cual representa entre 3 y 4 kg de almendras.

Una planta con numerosas virtudes*

El karité, cuyo nombre significa “árbol de mantequilla”, ha sido utilizado por las mujeres desde hace miles de años por sus propiedades protectoras y regeneradoras. Según la leyenda, Nefertiti debía su gran belleza a la manteca de karité.
La fabricación de la manteca de karité es un arte ancestral. Las mujeres extraen de las nueces de karité una materia grasa, que es un complejo lipídico de excelente calidad para la cosmética y que posee además carotenoides y vitamina E dos componentes esenciales por sus virtudes reparadoras y suavizantes. La manteca de karité se aplica sobre todo el cuerpo y el cabello; es el secreto de belleza tradicional de las mujeres africanas.

La manteca de karité

La manteca de karité se utiliza desde siempre en África en los cuidados de belleza tradicionales. Al aplicar la manteca de karité, se forma una película sobre la piel que, sin dejar una sensación pegajosa, la protege de forma duradera. Gracias a su composición rica en triglicéridos y en lípidos insaponificables, encierra numerosas propiedades. Se ha demostrado su acción protectora, reparadora, nutritiva y calmante contra la sequedad y el resquebrajamiento de la piel. Además, nutre y protege el cabello, dejándolo más brillante.
Los frutos (o nueces) de karité son recogidos a mano por las mujeres, que luego los transforman respetando los métodos tradicionales. Una vez recolectados los frutos, las mujeres los llevan a sus casas, donde siguen varias etapas hasta obtener las almendras de karité: deben separar la pulpa del fruto, hervir las nueces, secarlas al sol y después pelarlas. Una vez obtenidas las almendras, también se deben secar al sol, antes de poder comercializarlas o transformarlas en manteca. Las almendras contienen en promedio un 50 % de materia grasa.

La calidad orgánica

SO’BiO étic® seleccionó manteca de karité orgánicaa. Esta certificación ecológica es la garantía de una trazabilidad total del producto, desde el aprovisionamiento de los frutos hasta la obtención de la manteca de karité, así como de una óptima calidad olfativa y sensorial (controlada sin pesticidas).

La manteca de karité de SO’BiO étic®

SO’BiO étic® optó por aprovisionarse de una materia prima orgánica en Burkina Faso. La manteca de karité está presente a diario en la vida de las mujeres burkinesas, el 80 % de las cuales trabaja en torno al karité, de generación en generación. La manteca de karité tiene un papel económico y social muy importante en las zonas rurales porque constituye una fuente de ingresos adicional para las mujeres y les brinda cierta independencia financiera, que destinan sobre todo a los gastos de educación y salud de sus familias.
SO’BiO étic® trabaja en colaboración con un productor con el que mantiene una relación transparente y duradera.

* Según la bibliografía

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